Utopía.
Para mí la utopía es la rebeldía. Y ella el motor del cambio de era. La rebeldia para creer que es posible poblar sin dañar, poblar sin odiar. Un exceso que no signifique una sentencia de muerte, un complemento que una, un liderazgo que acompañe.
Un abrazo, una caricia, una sonrisa. Una mirada que entienda, un habla que acuerde, un cerebro que discrepe y unas manos que trabajen. Un corazón que vibre, una música que calme, una música que agite. Un atisbo de verde iluminado con luz artificial.
Solo para poder soñar, dormir y vivir en paz.