Viernes 3pm, a las 3am no soy persona.
Como Serú Girán cantaba… la fiebre del sábado y el domingo sin tristezas, me quedo con el viernes y fotografío.

El poder de la fotografía radica en mostrar fragmentos de mundo que no conocemos, ni podemos ver. Fracciones de tiempo y espacio descontextualizado, que permiten imaginar mundos cotidianos.

La posibilidad de fotografiar se revela como adicción a fijar imágenes fugaces, carentes de sentido o con el sentido arbitrario que deseemos darles. Cada foto necesita una complementaria, otra y otra más… una especie de avidez por ampliar el mundo visual hasta el infinito.

Mi noción de lo que merece la pena mirar ha cambiado drásticamente, existe un antes y un después de la fotografía. A través de la cámara observo como si hubiese sido miope y de pronto gracias a una prótesis pudiese ver mejor. Esta evolución también me revela aquello que puedo capturar en imagen y lo que no, por obvias razones: por el pequeño espacio en el que deambulo y las zonas que me son ajenas por miedo, desconocimiento, desinterés o por la distancia de tiempo y espacio.

A través de las personas y objetos fotografiados quiero establecer una relación con los mundos que habito. Dejar atrás por un momento la interpretación y la enunciación. Las fotos están expuestas como una simple apariencia de las calles que tránsito, de los momentos de realidad que comparto con otras personas… instantes, destellos. Una ciudad repleta de millones de todo lo que desees, reducida a un clic, cientos de clics.

Este blog es la versión actual de los álbumes de fotos, de las fotos sobre el escritorio de trabajo (en el mío no cabe nada más), del collage del corcho del estudio, de las fotos en el refri aguantadas con imanes. Fotos para libros -que jamás escribiré-.